¿A QUÉ SABE LA LUNA?



  


Michael Grejniec
Ilustraciones del autor
Traducción de Carmen Barreiro
Pontevedra: Kalandraka, 2000
36 páginas                                                                  

Este álbum, publicado por primera vez en Alemania, presenta la estructura de cuento tradicional, repetitiva pero sugerente.

El cuento comienza como una leyenda: “Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna”. Y a partir de aquí, convencidos de que vamos a presenciar lo que hacen para remediar tal curiosidad, pasan ante nosotros diversos animales, a los que de otro modo no veríamos juntos, puestos uno encima del otro: primero una tortuga, recordando lo que algunos mitos antiguos describían, que la tierra estaba sujeta por dicho animal; más tarde un elefante, luego una jirafa, a la que de nada le vale su largo cuello, una cebra, un león (quizás, concentrado como está en su tarea, no  se da cuenta de que se encuentra sobre un montón de comida), pero ninguno de ellos llega a alcanzar la luna, que por su parte, se burla de los animales alejándose un poco cada vez.
Cuando creían que nunca llegarían a probar el sabor de la luna, el ratón se subió por encima de todos los animales y logró arrebatar un pedazo del astro, que fueron saboreando uno tras otro los pilares de esa gigantesca columna. El final, la moraleja si se quiere, supone un bonito broche para esta fábula poética. No lo voy a desvelar aquí, así que tendréis que ver por vosotros mismos qué ocurre después.

Las ilustraciones, elaboradas sobre papel-couché, son limpias y sencillas, con muchos espacios vacíos y un permamente fondo negro con una luna burlona, con cara de pan, que contempla entretenida a unos seres que, empecinados, le arrebatarán un pedazo de esa sonrisa.

Encarni Gabino

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